Técnicas para aprender idiomas

Los educadores tienen el deber de enseñar otras lenguas a los alumnos desde pequeños

Hoy, aprender idiomas es uno de los aspectos claves de la educación y, en muchos casos, resulta ser una tarea titánica y difícil. Tal como constatábamos en blogs anteriores, la mejor etapa para aprender un segundo idioma es la infancia, por tanto, los educadores tienen el deber de enseñar otras lenguas a los alumnos desde pequeños.

Es por este motivo que hemos querido hacer una recopilación de técnicas que varios expertos en la materia, como lingüistas o pedagogos, han catalogado como infalibles para aprender idiomas.

Vincular el aprendizaje de una lengua con gustos personales. El experto Timothy Doner recomienda leer sobre una materia que despierte interés. Siempre es más fácil leer un texto que te interese que uno que no, si tenemos ganas de saber el contenido de un texto, pondremos más atención para comprenderlo y no nos rendiremos tan fácilmente. Como profesores, si conseguimos proponer temáticas para la comprensión lectora o la expresión oral que capten la atención de los alumnos, estaremos más cerca del éxito.

Hacer uso de elementos audiovisuales y de internet. Las películas, las series o canciones en otro idioma permiten mejorar el vocabulario, la pronunciación y vamos acostumbrando la mente a otro idioma. Además, hoy en día existen una infinidad de herramientas online o aplicaciones para teléfonos móviles que permiten un aprendizaje más interactivo y atractivo para los alumnos.

Apostar por ejercicios de memoria para ampliar el vocabulario. Algunos expertos proponen, por ejemplo, la meta de aprender 4 palabras nuevas cada mañana e ir repitiendo y trabajando durante todo el día: la pronunciación, el uso de la palabra, la escritura… Un ejercicio sencillo y fácil que resulta efectivo: 28 palabras nuevas cada semana.

Alentar a los alumnos a practicar el idioma fuera de las aulas. Si aprender un idioma no se limita a las horas lectivas, no se percibirá como una asignatura más. Podemos potenciar que los niños propongan en su casa hacer un rato de inglés al día, o que se relacionen con personas de otros lugares del mundo, o que cuando viajen al extranjero animen a escuchar y hablar…

Tener claro el objetivo por el qual queremos aprender un idioma. Esta premisa es posiblemente una de las más importantes, es necesario que cada alumno tenga una motivación concreta que lo lleve a querer aprender otro idioma, sino lo acabará abandonando porque no verá la utilidad. Las motivaciones pueden ser múltiples: razones profesionales o académicas, el hecho de poder comunicarse con mucha más gente, pensar en el crecimiento personal …

A nosotros nos gusta mucho la motivación que comenta el asesor lingüístico Matthew Youlden:

“Yo creo que cada idioma representa una manera diferente de ver el mundo. Si puedes hablar otra lengua, entonces tienes una manera diferente de analizar e interpretar el mundo a la de un hablante de otro idioma […] por lo tanto, habiendo aprendido otros idiomas y habiendo sido rodeado de muchos idiomas diferentes, no podría elegir sólo uno. Esto significaría renunciar a la posibilidad de ser capaz de ver el mundo de una manera diferente. en realidad no sólo de una manera, sino de muchas maneras diferentes. Así que, para mí, la forma de vida monolingüe es la más triste, solitario y aburrido de ver el mundo. hay tantas ventajas en aprender idiomas que no puedo pensar en ninguna razón para no hacerlo “.

Cada idioma nos hace ver el mundo de una perspectiva diferente, no sólo se trata de una nueva lengua, sino de una nueva mentalidad.



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